2.4.14

In Memoriam

Todo empezó con una botella de Johnnie Walker y una plaza llena. Leopoldo quiso ser Juan y había fracasado en el intento, pero el fondo de esa botella le había revelado la solución.

Una semana más tarde, los espectadores se cubrían con el extenso manto de la soberanía nacional mientras un popular cantante pedía que no bombardearan Buenos Aires, dando en alusión a ello todas las razones por las que debían hacerlo. Los barcos volvían, después de casi dos siglos, desde las islas malditas hacia las islas gloriosas.

Leopoldo se pensó Juan. Pero esa ilusión duró poco.

73 días mas tarde lo único que volvía de Malvinas, eran 649 cajones y un mal gusto en la boca. El sueño había terminado, a pesar de que ninguno de nosotros había estado durmiendo.

30.12.13

Atrapado

Desperté en medio del desierto, sin un recuerdo certero de cómo llegué a él. Lo único que sabía con certeza es que había recorrido su arena durante años y ya me había vuelto parte del paisaje.

El sol golpeaba mi piel, pero apenas se enrojecía. No había bebido agua por semanas, pero mi boca no estaba seca. Las alimañas que habitan acá escapan cuando me acerco como si fuera una presencia maligna que agria sus días.

Busqué una salida, un límite, una frontera a este inmenso espacio pero hasta ahora ha sido inútil. La vi varias veces, pero nunca fui tan tonto, siempre supe que eran sólo espejismos. A medida que el día avanza el sabor en mi boca se intensifica. Mis sentidos se vuelven más agudos y puedo sentir el hambre de años, un estómago vacío y quejumbroso, justo como mi seño.

El sol sigue en su cenit como el momento en que me levante y entonces me doy cuenta que ni siquiera estoy proyectando una sombra que llegue más allá de mis pasos. Miro mis manos y no logro entender si la arena está pegada a mi piel o ya es parte de mí.

Camine todo el día. Con el sol encima vuelvo a dormir, sabiendo que mañana será exactamente igual.

7.12.12

Mundos para-lelos


Hace mucho tiempo, cuando caminaba por la calle, le gustaba imaginarse realidades alternativas, otras vidas… algo emocionante o, al menos, más interesante.

Pero con el tiempo, ese instinto había desaparecido en favor del instinto de la monotonía. Cada vez conformándose con menos, iba a trabajar, volvía a su casa, miraba televisión y solo muy esporádicamente, imaginaba que algo surreal podía pasar dentro de su departamento.

Un día, en medio de un ataque de creatividad mientras corría de algún enemigo imaginario, saltó dentro del placard, se acomodó entre las camperas y las frazadas, tiro afuera unos zapatos y se predispuso a algo más.

Nunca volvimos a verlo. Nadie sabe que encontró en ese placard. Pero espero algún día entrar y averiguarlo. 

6.9.12

Suerte II

Un hombre tiró una moneda a una fuente y pidió un deseo. Pidió ser un hombre con suerte. 

Su vida siguió siendo la misma. Su deseo se había cumplido.

27.4.11

Suerte

Al levantar las cartas de la mesa se dio cuenta que, definitivamente, no era su día. Esa suerte pródiga y la estocástica de un corte, no simbolizaban nada que estuviera pasando en otra región del planeta y que lo implicara a él para bien. Perdió la mano y hasta atinó a reírse, al reírse de sus cartas, de todo aquello que lo rodeaba.

- ¿Quién me manda a jugarme mi ego en un partido de cartas?. - Se preguntaba repetidas veces y cada vez que lo repetía se acercaba más a darse cuenta que el problema del ego alto, es que cualquiera puede tirarlo al piso.

- Truco.

- Quiero retruco.

- Quiero Vale Cuatro.

Tiró las cartas porque hay cosas que dependen de la suerte y cosas que dependen de la voluntad. Cuando se dio cuenta de eso la impaciencia se adueño del sosiego y la inquietud se volvió, desde entonces y para siempre, una fundamental de su estado de ánimo. Levantó el mazo, mezcló, repartió apresuradamente las cartas, y antes de llegar a verlas, ya había perdido la siguiente mano.

19.3.11

Hipocresía II (o Autoengaño)

Se calzó los zapatos, se pintó ligeramente para que no sea tan notorio y pensó: -Así ve lo que perdió -.

26.12.10

Navidad

Se bajó del auto y dio media vuelta para verlo. Él la miró con aire triunfal y le dedico un: - ¡Feliz navidad! -. Nada iba a borrar la sonrisa estúpida de su cara repugnante. Por fin había logrado su objetivo y ella no entendía porque, después de tanta resistencia, se lo había dejado tan fácil.

Entró a su casa y se dirigió directo al baño. Se lavo los dientes con los ojos al borde de la explosión. Antes de salir se tiró sobre la alfombra y pensó que lo más triste era que ni siquiera le había dado asco, que encima lo había disfrutado. Lo que sí le repugnaba era ella misma, era ese gusto que tenía por las manos y los labios que cualquier otra mujer hubiese considerado lascivos y un tanto perversos.

Él inundaba su boca con su nombre, pero eso no lo sacaba de su letargo. Mientras ella lloraba tirada en el piso del baño, el salía del suyo, listo para ir a dormir y sintiéndose menos… No sabía porque la misma pregunta lo atormentaba hace meses y si hubiese sabido lo que pasaba esa noche, mientras el brindaba con sus amigos y tomaba una que otra copa, la respuesta lógica hubiese sido “Nada”. Probablemente si lo hubiese sabido, hubiese dejado de esforzarse.

Antes de llegar a su cuarto se detuvo frente al espejo del pasillo, dio media vuelta para verse y se dedicó un: - Feliz Navidad -. Si hubiese sabido que ese acto (o ese tipo de actos) era el que lo convertía en menos, probablemente no lo hubiese hecho. Pero era tarde, tendría que haber dejado de hacerlo en Junio.

7.11.10

Placard (Secretos)

Tiró las sábanas al piso y pensó: - Otra vez no.

No había nada más para pensar, le había dado muchas vueltas al asunto y nunca llegaban a nada, así que la dejó tirada en la cama y se dirigió al cuarto contiguo. Abrió la puerta del placard y vió a una vieja ex novia.

- ¿Qué querés?
- Saber como estás, no te noto bien últimamente.
- Vos ni siquiera estas muerta y no nos vemos hace años, esto es innecesario.

Cerró la puerta, se puso en modo automático y volvió a la cama. No paró de escuchar los golpes en el placard pero los dejó seguir como a un despertador sonando a las 6 de la mañana. Además nunca sabía quien podía estar ahí adentro y ciertas personas, sin duda, tenían la capacidad de arruinarle la noche.

Ya habían transcurrido 8 meses desde la primera vez y cada vez que llevaba una mujer a su casa se repetía la historia. En aquél entonces se había aterrado, tanto que esa chica cuyo nombre no recuerda salió corriendo de la casa, casi desnuda, mientras se acomodaba los zapatos al borde del llanto.

Quizás lo peor de esa oportunidad no fue que tenía a alguien parado y juzgándolo desde su placard. No, lejos de eso, lo peor era ver quién lo estaba juzgando, porque entre todos sus conocidos, su padre era la única persona que no tenía lugar en su placard, en su casa o en su vida. Luego de esa oportunidad, desfilaron por ese recoveco su madre, sus tíos, su hermano, todas sus ex, un amigo a quien ya no veía y la lista puede seguir. Todos pasaron por ahí una y otra vez a pesar de que él nunca respondía sus preguntas, todos excepto su padre.

Con el tiempo, las mujeres dejaron de correr, el dejo de asustarse e incluso de escucharlo, y manejaba la situación como si no fuera más que un descanso en pleno acto sexual.

Supongo que, en definitiva, esto era lo esperable. Todos aprendemos a vivir con nuestros secretos.

6.8.10

Takk... (2005)

Al principio un disco que parece inabarcable, Takk… es, sin lugar a dudas una obra maestra de un tipo muy particular de post-rock, con toques de sinfónico y quien sabe, algo de experimental... es decir, un digno representante del post-rock.

El sonido de Sigur Rós es sentimental en cuantas formas pueda emplearse el término. La combinación entre fuerza y melancolía en la sinfonía del disco lo hace digno de escucharse antes del suicidio, cuando se quiere mandar todo a la mierda o incluso en momentos de una particular euforia. Si temas como ‘Gong’ no te mueven un pelo, entonces llama a una ambulancia porque probablemente la sangre no te corra por las venas.

Si bien esta de re-moda que en lo blogs se suban los últimos lanzamientos de los segundos sellos de grandes disqueras porque siempre hay que estar exhibiendo lo avant-garde que uno es, honestamente, yo prefiero subir cosas que me gustan y que se que nunca me voy a arrepentir de haber dicho que así es/fue. Por eso, ya tuve el tupé de subir un clásico de Tom Waits y ahora les subo lo que, al menos para mí, también debería considerarse infaltable en la discoteca de cualquier buen (y no tan buen) melómano.

Algunos dirán: “Pero Nacho, ¡vos también sos re-avant-garde! ¡Subís música Islandesa!”. Si, es cierto, lo soy… pero además lo soy en formas re-originales, así que no me metan en la misma bolsa, ¿ok?.

En fin, bajen el disco y disfruten si pueden (si hacen clic en 'bajen el disco' van a encontrar el link para hacerlo).

12.7.10

Derechos

La rectitud política acosa al espectro ideológico y enaltece a la hipocresía práctica (no tanto la intelectual) convirtiendo a esta en el límite autoimpuesto al accionar de la izquierda. Ésta, atrapada entre significantes vacíos y simples eslóganes (que en tanto tales se encuentran atados a la coyuntura y no a la construcción), lleva adelante la misma acción que Baudrillard había señalado y criticado allá por los años ’70: “Puesto entre la espada y la pared, el partido no tiene más elección que quedarse a un paso de la línea del poder, donde puede aparecer como poseyendo vocación de triunfar, y salvar así su imagen, sin verse obligado a saltar por encima de su sombra (…).”

Desde una posición confortable (la de la naturalización de los derechos - y, digno de todo necio, principalmente de aquellos que fueron fundamentales en la construcción de la sociedad burguesa: libertad, igualdad y fraternidad), hoy un amplio sector de la izquierda se reúne bajo un mismo lema para llevar adelante una burda deconstrucción de la institución marital. Atrapada y ante la necesidad de posicionarse como defensora del sentido común políticamente correcto debe postergar la realización de las minorías o, en términos más hegelianos, la realización de su autoconciencia, para llevar a cabo aquello que tan bien sabe hacer en su práctica cotidiana: el autosabotaje.

Yo, desde otra posición confortable (la de la silla de mi escritorio), critico el sometimiento grupal a la coyuntura, la subyugación individual al lema esgrimido con plena conciencia, y en un acto de apoyo a la marcha del miércoles en favor del matrimonio y adopción de parejas gays, no obstante, propongo acudir a la misma a reivindicar un derecho no a la igualdad, sino a la diferencia, ya que sólo desde allí puede sostenerse en forma coherente cualquier construcción que pretenda ser auténticamente contrahegemónica.

1.7.10

Fiesta

- Mejor de lo que esperaba - pensó acercando el vaso a su boca y observando a la muchedumbre por encima del mismo. Hasta ese momento aquella fiesta en conmemoración de quien-sabe-que-pero-a-él-que-le-importaba era, al menos, entretenida, mejor que andar en pantuflas por su casa esperando un milagro o un amigo que se acordara. Y si hasta ese momento era entretenida, notar su presencia allí la había vuelto, sin duda, interesante. Entonces decidió acercarse:

- Que situación incómoda - dijo asomándose por su espalda y apoyándose despacio en su hombro, quizás porque quería tocarla, quizás porque había tomado demasiado. - No se porqué lo decís - atinó a expresar con el relajo típico de la evasión femenina falta de interés.

Fue así como comenzó. Ella sabía que una respuesta tan estúpida como esa alcanzaba para llevarlo a pensar las estupideces más grandes porque él era, en definitiva, un estúpido. Los dos habían ido solos, y pensaban que era por elección propia. La verdad es que no recordaba si realmente tenía a alguien con quien ir, pero tenía la certeza de que ella sí, razón suficiente para no hacer alusión al tema.

- Nunca te llevaste el vinilo de Gainsbourg, todavía lo tengo… Cuando quieras pasa y te lo devuelvo - la charla se mantuvo durante tres horas. Siempre desviando la conversación hacia temas que a las claras la incomodaban, nunca la presionaba lo suficiente. Daba un paso atrás cuando estaba por acorralarla, lo cual ella siempre había interpretado como cobardía, él afirmaba que era por cariño.

- No se que voy a hacer ahora. Tengo que buscar algo, porque sino no pago las cuentas… Ya veré.

- ¿Tu novio no te invitó a vivir con él?, aunque sea hasta que te arregles, digo - era la oportunidad perfecta para saber que había pasado.

- No, eso es más complicado… -. Si repreguntaba se iba a dar cuenta que quería saber más sobre el tema, así que se precipitó de nuevo sobre tópicos incómodos: - Tengo un cuarto libre, si lo querés es tuyo…

Esta vez no pensaba dar un paso atrás, pero a los indecisos y cobardes suele pasarles que, además de ser como son, tienen mala suerte. Al discjockey le pareció una buena idea pasar música más alegre y ‘bailable’ y evadiendo de nuevo el tema lo arrastró a la pista con la esperanza de que se retracte como siempre había hecho y se aferre a la barra con un gin tonic en la mano, mientras ella dejaba pasar el tiempo suficiente para que se olvide de su propuesta o desista de reiterarla. Pero esta vez no podía darle el gusto. Bailaron hasta que la música se apagó.

Salieron al mismo tiempo que el sol, la ayudo con la cartera mientras se ponía el saco e intentó preguntar nuevamente: - ¿Entonces querés…?.

- Vení, vamos. Hace frío.

A pesar de eso, volvieron caminando. Los besos empezaron en la escalera y por un momento ambos pensaron que no iban a parar nunca. Se despertó a las tres de la tarde cuando ella cerró la puerta de entrada, salió de la cama de un salto para ir a buscarla pero ya no estaba.

Cuando se acostó nuevamente, miró el reloj y pensó: - Las 7… todavía me queda una hora.

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Para compensar el tiempo que pasó desde la última publicacion, les dejo un video de yapa:

28.2.10

Nombres propios

“A pesar de todo, el mundo sigue girando”, pensaba nuevamente el Sr. Armiñan, en tanto uno puede preguntarse si era nuevamente o nunca había dejado de pensarlo desde la muerte de su esposa, Fátima.

Exiliado de su propio cuerpo, caminaba por Buenos Aires sintiendo ser el loco de Piazzola, mientras el viento agitaba su sobretodo en aquella esquina de 9 de Julio y Lavalle. Ese lugar encerraba recuerdos que nada tenían que ver con ella, pero que tenían relación directa con todo, absolutamente todo lo demás.

Tomo una bocanada de aire, subió a su auto y aceleró rumbo al sur. Al día siguiente, Clarín y La Nación lo anunciaban: Armiñan se había estrellado, adrede se estimaba, contra un bandoneón justo antes de llegar a Avellaneda.


9.2.10

¡No se deje engañar!

Si alguien habla como idiota, se mueve como idiota y piensa como idiota, no lo dude... es un idiota.

18.12.09

Hipocresía

- Tendrías que fumar… Sirve para olvidarse de los problemas -le dijo moviendo la cabeza y simulando estar más drogada de lo que realmente estaba.

- Sos más imbécil de lo que creía -pensó-. No, gracias -le dijo.

9.12.09

Luz y Sombra

Se recostó a su lado y empezó a pensar si todo eso estaba bien, si era correcto, si en verdad sus conclusiones eran atinadas.

En ese momento ella, despierta o dormida, intencionalmente o como mero efecto de un sueño, giro sobre su lado derecho dándole la espalda. Su pelo cayó, deslizándose a lo ancho de aquél frágil cuerpo y descubriendo un cuello que parecía, por momentos, hecho de plata y, por momentos, tallado en madera.

Sobre la ventana de aquél tercer piso, se ubicaba un farol que casi nunca los dejaba descansar. Ese farol, esa noche, le permitía entrever el níveo cuerpo de quien habría sido para él, a lo largo de aquellos años, más que él mismo. Fue entonces cuando sintió, que en verdad se lamentaba por tener que estrangularla.

2.12.09

Sexo

Siempre me ha resultado curiosa la unión de los cuerpos al compás del amor. Me resulta curioso como algo tan superficial, algo que se encuentra a ‘flor de piel’ puede generar un halo de misterio tan denso entre los amantes y el resto del mundo.

Hoy, sin embargo, me he dado cuenta que este secreto que el amor encierra es, en realidad, el secreto que uno guarda consigo mismo y que en aquél momento entendemos como un desconocimiento del otro. Porque todo y nada separan a un amante del otro, y todo y nada separan a los amantes del mundo. Lo único que existe entre medio de estos cuerpos y estos espacios, en definitiva imaginarios, es el espacio que existe entre uno y uno mismo y, por lo tanto, entre uno y el mundo.

Creo que el amor, como acto y como sentimiento, no es más que un problema que la hermenéutica intenta resolver. Espero que nunca lo logre.

30.11.09

Rain Dogs (1985)

Este disco es, para NY, el lado de la moneda que no tenía que salir. El día que Island Records lo sacó a la venta, Frank Sinatra se revolcaba en su tumba y no paraba de cantar “It’s up to you / New York, New York”. Que viejo trolo.

La voz de Tom Waits expresa, a través de sus letras, la miseria en las calles de la ya entonces ciudad global con un sonido tan nefastamente ecléctico que su futuro no podía ser otro… que lo roben desde Emir Kusturica hasta León Gieco, famoso por robarle también a Bob Dylan (nada personal León, sé que lees este blog).

Entre una canción y otra hay un abismo conceptual, pero la voz del cantante, autor, productor e instrumentista del disco (entre otros grandes invitados), deja su sello inconfundible a lo largo del mismo. Son 19 temas que parecen 19 CD’s completos.

Diría la ‘Chiqui’ Legrand: “Precioso, me recuerda a los días del Club del Clan con mi querido Palito, le mandamos un saludo…”, tan impertinente e inculta como siempre.

Dejo el link para bajar el CD (si descubro como se hace), porque me sentiría muy garca si dijese que es un disco impresionante, sin dejarlo al alcance de sus, seguramente grasosas, manos. Malditos copiadores ilegales de CD’s, los odio.

2.10.09

1er Claroscuro

La verdad, no recuerdo exactamente como fue.

Ellos llevaban un rato juntos, no demasiado; uno de esos ratos a los que uno a la hora de nombrarlos dice: "estaban hace un rato". Si estaban bien o mal, fue relativo para todos, incluso para ellos. Todos sabemos que esto pasa, sería ridículo ordenar la casa en medio de un tornado.

El punto es que se juntaron, creo que en un bar, eso es lo que no recuerdo. Y allí, decidieron separarse y seguir sus vidas.

13.9.09

Lenguaje corporal


Él nunca entendía lo que ella decía cuando hablaba. Creo que era por el movimiento casi hipnótico de sus labios que distraían al más atento de los tontos.

Lo cierto es que ella, representa la gran excepción para todos aquellos que sostienen (sostenían, hasta conocerla) que el lenguaje corporal es un lenguaje menor debido a su ambigüedad. Significativo sin duda, pero que deja ese pequeño y gigantesco espacio a la mala interpretación, al “te equivocaste”, al desconocimiento certero de los sentidos que el otro da a cada uno de sus kinemas entrelazados en una unidad disgregada y presque-caótica.

En más de una ocasión un temblor en sus manos, un gesto descoordinado (ya no hablemos de algún tic nervioso), le daban a él la pauta para saber si un “sí” era un “sí” o un “mejor… no”. Frases más complejas no pueden siquiera ejemplificarse, porque directamente no las escuchaba. “Entonces yo, ¿qué tengo que entender?”, me preguntaba como quien le pregunta a un tarotista.

Empiezo a pensar que me pasa (nos pasa) lo mismo. Pero con todos.

De todas formas, lo importante es que él nunca entendía lo que ella decía cuando hablaba, y creo que era por el movimiento casi hipnótico de sus labios.

4.9.09

No debo imitar a Bruno...

¡VAMOS!. Con esta entrada doy por inaugurado el blog. La frialdad e indiferencia casi burocrática no son para mí. Tampoco lo es la tendencia de todo "escritor de internet" o "ciberescritor" a hablar permanentemente en quinta persona (o segunda del plural), esto es, por ejemplo, "vosotros sois pederastas". Pero la vida ultimamente esta empeñada en hacerme elegir siempre, entre 2 opciones. Sin grises, Michael antes o Michael después. Yo, sin embargo, me las arreglo para estar en forma casi permanente en la cuerda floja, posición incómoda si las hay, de modo tal que a veces me inclino a un lado, y a veces al otro, nunca logrando nada en ninguno de ellos.

El principal motivo por el cual no quiero caer en el "narcisismo de la quinta persona" (considero esa forma de escritura un tanto narcisista al presuponerse por ella que existen lectores dispuestos a leer aquello que uno -a forma de catarsis la mayoría de las veces- esta dispuesto a escribir, hecho que me urge la pregunta: "¿por qué pensar que alguien estaría dispuesto a leer los procesos que atraviesan las inquietudes, dudas y pensamientos banales propios en clave artística?") es que lo considero, precisamente, narcisista.

Lamentable.

En fin, hoy elijo esta otra forma de escritura ya que si bien no me resulta muy propia, tengo que morigerar un poco la implementada en entradas anteriores (leasé, la burocrática e indiferente) que también implica una marcada toma de posición, casi antitética a la anterior. Esta es la de a quién no le importa lo que sus lectores (iac) piensen, ni quienes sean, ni entablar un vínculo con ellos, porque a fin de cuentas no son más que pequeñas personitas tristes que ante la falta de sinapsis propia debe recurrir a la de terceros para calmar sus momentos de agonía espiritual, registrando la web hasta dar con alguien que quizás sienta lo mismo que ellos.

Lamentable.

Además, ¿a quién engaña esa postura? Puedo decir con certeza que nadie es tan 'malo', tan 'duro' como para que no le importe quien lo lee, y que piensen esas personas que lo leen sobre aquello que uno escribe. Ergo, es una posición hipócrita. Comprensible, pero hipócrita.

Consecuente con MI postura, me muevo cual péndulo entre estilos -o máscaras- intentando lograr aquello que los dos estilos previamente enunciados intentan lograr (dando por sentado que esto depende del escritor y no del lector, como de hecho ocurre) que es ocultar la verdadera naturaleza de quien se encuentra de este lado del teclado.

27.8.09

Hogaño


Una vez lo conocí. Yo era chico, muy chico. Ni siquiera vi su cara, pero no me caben dudas, fue por su culpa que sufrí ese gran trauma, porque la biología y el cuerpo nada saben de categorías inventadas, de ‘acuerdos’ entre hombres. Solo los entendemos cuando nos chocamos con ellos.

Todos nos cruzamos con él en esa ocasión para que después, desaparezca. Sigo volcando esfuerzos en una búsqueda a la que ya todos renunciaron (¡y que solo me siento!) esperanzado en que, cuando lo encuentre todo vuelva a la normalidad, que ya no hayan cicatrices.

A veces, cuando me encuentro corriendo atrás suyo me doy cuenta de la verdad. Esta es que él es aún más efímero que la palabra que lo nombra porque esa, al menos, puedo escribirla… y que perdure.

Pero el ahora…

2.8.09

Ni es cielo...

Una noche se acostó en el pasto a mirar las estrellas. Aquella inmensidad era casi tétrica para él, como lo es para todos nosotros. Repentinamente vio como uno de aquellos lejanos astros se apagaba y supo que, en realidad, esto había ocurrido con certeza antes que él mismo naciera. Este fenómeno, recién aquella noche se exponía a su vista.

Cuando finalmente se levantó y mientras se dirigía al interior de su casa, vio como el resto de ellas también comenzaban a apagarse. Primero, una por una… luego, de a cientas.

Los científicos discutieron este suceso varios días (en realidad varios años, pero lo que importa es el tiempo que tardó nuestro héroe en descubrirlo) cuando se dio cuenta que, en realidad, todas ellas habían dejado de emitir su luz hacia nuestro cielo hace algunos millones de años y que incluso, ¿quien puede tener la certeza?, quizás estábamos solos en este universo desde el mismo momento en que aparecimos en él.