27.8.09

Hogaño


Una vez lo conocí. Yo era chico, muy chico. Ni siquiera vi su cara, pero no me caben dudas, fue por su culpa que sufrí ese gran trauma, porque la biología y el cuerpo nada saben de categorías inventadas, de ‘acuerdos’ entre hombres. Solo los entendemos cuando nos chocamos con ellos.

Todos nos cruzamos con él en esa ocasión para que después, desaparezca. Sigo volcando esfuerzos en una búsqueda a la que ya todos renunciaron (¡y que solo me siento!) esperanzado en que, cuando lo encuentre todo vuelva a la normalidad, que ya no hayan cicatrices.

A veces, cuando me encuentro corriendo atrás suyo me doy cuenta de la verdad. Esta es que él es aún más efímero que la palabra que lo nombra porque esa, al menos, puedo escribirla… y que perdure.

Pero el ahora…

2 comentarios:

  1. Que bien me sentí leyendo eso!

    Esta muy bueno chabón!

    ResponderEliminar
  2. Pasás al lado y ni te mira.
    Pero se queda ahí atrás tuyo, quieto y haciéndote fuckyou. Cuando te aclarás, te das vuelta y ahí lo ves. Lejos.
    Pero haciéndote fuckyou.
    Hay que agarrarlo y fajarlo.
    O vivirlo, no sé.

    ResponderEliminar