27.4.11

Suerte

Al levantar las cartas de la mesa se dio cuenta que, definitivamente, no era su día. Esa suerte pródiga y la estocástica de un corte, no simbolizaban nada que estuviera pasando en otra región del planeta y que lo implicara a él para bien. Perdió la mano y hasta atinó a reírse, al reírse de sus cartas, de todo aquello que lo rodeaba.

- ¿Quién me manda a jugarme mi ego en un partido de cartas?. - Se preguntaba repetidas veces y cada vez que lo repetía se acercaba más a darse cuenta que el problema del ego alto, es que cualquiera puede tirarlo al piso.

- Truco.

- Quiero retruco.

- Quiero Vale Cuatro.

Tiró las cartas porque hay cosas que dependen de la suerte y cosas que dependen de la voluntad. Cuando se dio cuenta de eso la impaciencia se adueño del sosiego y la inquietud se volvió, desde entonces y para siempre, una fundamental de su estado de ánimo. Levantó el mazo, mezcló, repartió apresuradamente las cartas, y antes de llegar a verlas, ya había perdido la siguiente mano.

19.3.11

Hipocresía II (o Autoengaño)

Se calzó los zapatos, se pintó ligeramente para que no sea tan notorio y pensó: -Así ve lo que perdió -.