7.12.12

Mundos para-lelos


Hace mucho tiempo, cuando caminaba por la calle, le gustaba imaginarse realidades alternativas, otras vidas… algo emocionante o, al menos, más interesante.

Pero con el tiempo, ese instinto había desaparecido en favor del instinto de la monotonía. Cada vez conformándose con menos, iba a trabajar, volvía a su casa, miraba televisión y solo muy esporádicamente, imaginaba que algo surreal podía pasar dentro de su departamento.

Un día, en medio de un ataque de creatividad mientras corría de algún enemigo imaginario, saltó dentro del placard, se acomodó entre las camperas y las frazadas, tiro afuera unos zapatos y se predispuso a algo más.

Nunca volvimos a verlo. Nadie sabe que encontró en ese placard. Pero espero algún día entrar y averiguarlo.