4.9.09

No debo imitar a Bruno...

¡VAMOS!. Con esta entrada doy por inaugurado el blog. La frialdad e indiferencia casi burocrática no son para mí. Tampoco lo es la tendencia de todo "escritor de internet" o "ciberescritor" a hablar permanentemente en quinta persona (o segunda del plural), esto es, por ejemplo, "vosotros sois pederastas". Pero la vida ultimamente esta empeñada en hacerme elegir siempre, entre 2 opciones. Sin grises, Michael antes o Michael después. Yo, sin embargo, me las arreglo para estar en forma casi permanente en la cuerda floja, posición incómoda si las hay, de modo tal que a veces me inclino a un lado, y a veces al otro, nunca logrando nada en ninguno de ellos.

El principal motivo por el cual no quiero caer en el "narcisismo de la quinta persona" (considero esa forma de escritura un tanto narcisista al presuponerse por ella que existen lectores dispuestos a leer aquello que uno -a forma de catarsis la mayoría de las veces- esta dispuesto a escribir, hecho que me urge la pregunta: "¿por qué pensar que alguien estaría dispuesto a leer los procesos que atraviesan las inquietudes, dudas y pensamientos banales propios en clave artística?") es que lo considero, precisamente, narcisista.

Lamentable.

En fin, hoy elijo esta otra forma de escritura ya que si bien no me resulta muy propia, tengo que morigerar un poco la implementada en entradas anteriores (leasé, la burocrática e indiferente) que también implica una marcada toma de posición, casi antitética a la anterior. Esta es la de a quién no le importa lo que sus lectores (iac) piensen, ni quienes sean, ni entablar un vínculo con ellos, porque a fin de cuentas no son más que pequeñas personitas tristes que ante la falta de sinapsis propia debe recurrir a la de terceros para calmar sus momentos de agonía espiritual, registrando la web hasta dar con alguien que quizás sienta lo mismo que ellos.

Lamentable.

Además, ¿a quién engaña esa postura? Puedo decir con certeza que nadie es tan 'malo', tan 'duro' como para que no le importe quien lo lee, y que piensen esas personas que lo leen sobre aquello que uno escribe. Ergo, es una posición hipócrita. Comprensible, pero hipócrita.

Consecuente con MI postura, me muevo cual péndulo entre estilos -o máscaras- intentando lograr aquello que los dos estilos previamente enunciados intentan lograr (dando por sentado que esto depende del escritor y no del lector, como de hecho ocurre) que es ocultar la verdadera naturaleza de quien se encuentra de este lado del teclado.

2 comentarios:

  1. sabés que sos un genio,no? sí,lo sabés. te sigo y te banco,piñata.

    ResponderEliminar
  2. Para mi simplemnete sos un cinico , chapeau

    ResponderEliminar