13.9.09

Lenguaje corporal


Él nunca entendía lo que ella decía cuando hablaba. Creo que era por el movimiento casi hipnótico de sus labios que distraían al más atento de los tontos.

Lo cierto es que ella, representa la gran excepción para todos aquellos que sostienen (sostenían, hasta conocerla) que el lenguaje corporal es un lenguaje menor debido a su ambigüedad. Significativo sin duda, pero que deja ese pequeño y gigantesco espacio a la mala interpretación, al “te equivocaste”, al desconocimiento certero de los sentidos que el otro da a cada uno de sus kinemas entrelazados en una unidad disgregada y presque-caótica.

En más de una ocasión un temblor en sus manos, un gesto descoordinado (ya no hablemos de algún tic nervioso), le daban a él la pauta para saber si un “sí” era un “sí” o un “mejor… no”. Frases más complejas no pueden siquiera ejemplificarse, porque directamente no las escuchaba. “Entonces yo, ¿qué tengo que entender?”, me preguntaba como quien le pregunta a un tarotista.

Empiezo a pensar que me pasa (nos pasa) lo mismo. Pero con todos.

De todas formas, lo importante es que él nunca entendía lo que ella decía cuando hablaba, y creo que era por el movimiento casi hipnótico de sus labios.

3 comentarios:

  1. me encanta leerte. era hora de conocer esta faceta tuya.

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  2. Me encanta leerte, me ayuda a reprimir mi homosexualidad.

    El cuerpo nos dice verdades que decidimos reinterpretar

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