
En ese momento ella, despierta o dormida, intencionalmente o como mero efecto de un sueño, giro sobre su lado derecho dándole la espalda. Su pelo cayó, deslizándose a lo ancho de aquél frágil cuerpo y descubriendo un cuello que parecía, por momentos, hecho de plata y, por momentos, tallado en madera.
Sobre la ventana de aquél tercer piso, se ubicaba un farol que casi nunca los dejaba descansar. Ese farol, esa noche, le permitía entrever el níveo cuerpo de quien habría sido para él, a lo largo de aquellos años, más que él mismo. Fue entonces cuando sintió, que en verdad se lamentaba por tener que estrangularla.
BRILLANTE PICO!
ResponderEliminar¿Te diste cuenta que dos personas te visitan desde España y una desde Estados Unidos?
ResponderEliminar...¿Les pagaste?
Es muy poe este cuento, va me hizo acordar a un par de cuentos de el
ResponderEliminarPosta, les pagaste?
Este cuento me hace acordar mucho a los que escribia Pollock, jajajajjaja
ResponderEliminarMe gusta.
Me hace acordar a uan cancion a una cancion de los "Armas y Rosas", banda que no me gusta, pero bueno...
Tenes idea quien es " newaverock" a mitambien me firmo.
Me gusta como escribis che, buen blog
ResponderEliminarPermiso, viene a reinstaurar mi rol como novia. Me pudrí del anonimato y de las groopies menores de edad.
ResponderEliminarCuidadito vos eh!